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Queridos hermanos y hermanas:
En este domingo, que coincide con el inicio de junio, me complace recordar que este mes est谩 dedicado tradicionalmente al Coraz贸n de Cristo, s铆mbolo de la fe cristiana particularmente apreciado tanto por el pueblo como por los m铆sticos y te贸logos, porque expresa de modo sencillo y aut茅ntico la "buena nueva" del amor, resumiendo en s铆 el misterio de la Encarnaci贸n y de la Redenci贸n.
El viernes pasado celebramos la solemnidad del Sagrado Coraz贸n de Jes煤s, tercera y 煤ltima de las fiestas que siguen al tiempo pascual, despu茅s de la Sant铆sima Trinidad y el Corpus Christi. Esta sucesi贸n nos hace pensar en un movimiento hacia el centro: un movimiento del esp铆ritu, que Dios mismo gu铆a. En efecto, desde el horizonte infinito de su amor, Dios quiso entrar en los l铆mites de la historia y de la condici贸n humana, tom贸 un cuerpo y un coraz贸n, de modo que pudi茅ramos contemplar y encontrar lo infinito en lo finito, el Misterio invisible e inefable en el Coraz贸n humano de Jes煤s, el Nazareno.
En mi primera enc铆clica, sobre el tema del amor, el punto de partida fue precisamente la mirada puesta en el costado traspasado de Cristo, del que habla san Juan en su evangelio (cf. Jn 19, 37; Deus caritas est, 12). Y este centro de la fe es tambi茅n la fuente de la esperanza en la que hemos sido salvados, esperanza que fue objeto de mi segunda enc铆clica.
Toda persona necesita tener un "centro" de su vida, un manantial de verdad y de bondad del cual tomar para afrontar las diversas situaciones y la fatiga de la vida diaria. Cada uno de nosotros, cuando se queda en silencio, no s贸lo necesita sentir los latidos de su coraz贸n, sino tambi茅n, m谩s en profundidad, el pulso de una presencia fiable, perceptible con los sentidos de la fe y, sin embargo, mucho m谩s real: la presencia de Cristo, coraz贸n del mundo. Por tanto, os invito a cada uno a renovar durante el mes de junio vuestra devoci贸n al Coraz贸n de Cristo, valorando tambi茅n la tradicional oraci贸n de ofrecimiento de la jornada y teniendo presentes las intenciones que propuse a toda la Iglesia.
La liturgia no s贸lo nos invita a venerar al Sagrado Coraz贸n de Jes煤s, sino tambi茅n al Inmaculado Coraz贸n de Mar铆a. Encomend茅monos siempre a ella con gran confianza. Invoco una vez m谩s la intercesi贸n materna de la Virgen en favor de las poblaciones de China y Myanmar, azotadas por calamidades naturales, y en favor de cuantos atraviesan las numerosas situaciones de dolor, enfermedad y miseria material y espiritual que marcan el camino de la humanidad.
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa帽ola que participan en esta oraci贸n mariana, en particular a los fieles de la parroquia de San Andr茅s ap贸stol, de Moral de Calatrava. En el d铆a del Se帽or os invito a escuchar devotamente la palabra de Dios, a acogerla en vuestro coraz贸n con docilidad y a llevarla a la pr谩ctica con solicitud, de modo que vuestra vida se arraigue cada vez m谩s firmemente en la roca de la amistad con Cristo. 隆Feliz domingo a todos!
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